PASAJEROS A BORDO
Los pasajeros de mi vera son gente auténtica.

Cada día, mañanas y tardes, acostumbro a coger los mismos autobuses, mismo trayecto.
Y, siempre, hay alguien poco común, alguien que te distrae el trayecto, te lo aborrece, o simplemente ni le ves, porque te trasmite esa paz que permite que duermas todo el camino.
He hecho una pequeña selección de mis favoritos. Esos que siempre repiten en mis mismos horarios y con los que ya tengo "alguna especie de vínculo"
1. Hombre de edad media con porte elegante, sientase siempre en el lado izquierdo del pasillo del lado izquierdo del autobús. No le gusta la compañía, puesto que interrumpe sus momentos de lectura. Problemas de espalda, pocos. Siempre con una postura corporal correcta y educada.
Labios apretados y mirada fija, hacia su mundo, la última adquisición de novela francesa top ten del mercado. Su nariz, veamos, resulta bastante útil. Su forma puntiaguda y fina le permite pasar las páginas y la sombra que desprende seguir las líneas por donde va.
Curiosidades: Le gusta coger el libro con la mano, la izquierda; presionando el centro y, se molesta cuando una de las páginas intenta bloquearle el párrafo que lee, solo porque quiere volver a su sitio. Su mano derecha siempre apoyada en su maletín.Maletín que siempre lleva a juego con la americana y color de su bufanda. ¿Mareos? Ninguno. Leerá hasta el fin del viaje, y si resulta muy interesante hasta se pasará su parada. Hombre de pocas palabras, quién sabe, o muchas, porque por trayecto debe leerse unas 10000.
2.Pareja de coeficiente intelectual bajo, (border line)Él, fuma puros, quizás algún pequeño Cohiba que le ayudó a conquistarla. Luce poca melena, por no decir, que tiene menos poblada la cabeza que la ocupación del estadio de futbol del Albacete. Pero no le importa, suelta el humo con un estilo que muestra seguridad y especialmente, parece un conquistador.
Detrás de esa humareda que desprende antes de subirse al autobús está ella. Siempre sonriendo, siempre pensando en lo encantador que es su hombre.
La primera parte del trayecto la pasan discutiendo sobre quien tiene razón acerca de cosas más que obvias. Y realmente, tienen teorías buenísimas que te hacen cuestionarte por qué tendrás que tener tu razón.
La segunda se tocan, se dicen estupideces, adjetivos muy muy tontos y de golpe sube la temperatura en el autobús. Risas, risas y más risas...
Y yo, yo... decido ponerme los cascos, la alarma y dejarles hacer. ¡Qué disfruten!
Hoy me ha venido una palabra de ese afán que tenemos todos. ¿Se llamará sociopatia?
Habilidad ser humano de creer saber cómo es alguien con tan solo "un vistazo".La verdad no lo sé, ni lo comprobaré...
Bueno pasajeros, gracias. Sin vosotros no estaría tan distraida.
Espero que hayais pasado un buen rato :)